martes, 24 de febrero de 2009

Como diciplinar a los hijos.

Como madre de dos pequeños y como esposa para mi este tema me resulta muy interesante, ya que la diciplina de nuestros hijos nos dice la forma en que fuimos criados y la manera en que ellos trataran a sus hijos en el futuro. Como esposa me queda sumamente claro que ni mi esposo ni yo recibimos la misma educación de familia y hogar y que quisas las formas y maneras de correguir a nuestros hijos son diferentes, lo que debemos de saber ante todo que si ambos fuismos criados en diferentes ambientes y condiciones diferentes, si hay algo que todo ser humano tiene y es el sentido común y para la crianza y la educación de un niño sera importante mantenerlo presente.

La crianza de una persona influye mucho en la manera en que educa a sus hijos. Si los cónyugues tienen antecedentes familiares muy diferentes, lo más seguro es que cada uno tenga su propia forma de administrar la disiplina. En tales casos, las diferencias pueden convertirse en una fuente de problemas entre pareja.

Como bien sabe cualquier matrimonio con hijos, la educación de los niños es un trabajo agotador que exige atención las veiticuatro horas del día. Y el cansancio acumulado por dicha labor es otro factor que puede aumentar la tensión.

Cuando los agotados padre chocan en cuestiones como la crianza de sus hijos, los pequeños desacuerdos pueden convertirse en grandes disputas. Si estas no se resuelven, tal vez surja una brecha entre la pareja. Entonces, los niños podrían aprovechar la situación para manipular a sus padres.

Cuando usted se caso con su pareja lo hizo para permanecer unida no solo antes de los hijos, sino también después de que estos se independizaran, esto es otra cuestion a tratar.

Muchos padre antes de tener hijos no tienen presente que los hijos solo son una etapa del el matrimonio que terminara cuando ellos se hagan independientes, y que los hijos vienen al mundo a travez de uno y no son de los padres, ellos son de la vida y tarde o temprano nuestra etapa de crianza de hijos pasara.

Queda claro entonces que la crianza de los hijos es solo una etapa dentro del matrimonio, y no su principal razón de ser. Es cierto que los padres tienen que dedicar tiempo a educar a sus hijos, pero nunca deben olvidar que la mejor base para hacerlo es un matriminio unido.

Una buena forma de mantener un matrimonio fuerte, siempre que sea posible, es dedicandose tiempo regularmente el uno al otro, sin los niños. Así podrán hablar de asuntos relacionados con la familia y, de paso, disfrutar de la compañia mutua. Por supuesto, no siempre es fácil encontrar tiempo para ello.

Una buena manera de encontrar tiempo para ti y tu pareja en medio de este entorno de crianza es establecerle a tus hijos un horario para irse a dormir y encárguese de que siempre se respete. Si los pequeños presentan una razón para tardarse un poco más de lo normal, como ir a beber un vaso con agua, ustedes pueden hacer una excepción. Eso sí, no permitan que los niños retrasen una y otra vez la hora de acostarse a base de excusas. Si piden cinco minutos más y ustedes deciden concedércelos, pongan una alarma que suene en cinco minutos. Al acabarse el tiempo, no hay que hablar.
Tanto el padre como la madre tienen autoridad en los hijos, ahora bien, aun cuando ambos tengan antecedentes familiares parecidos, no siempre concordarán en la forma de corregir a los hijos y en las normas aplicables en cada situación. Concidere esto, realizar un frente unido y no discutir delante de los niños, aunque confieso esto es más fácil decirlo que hacerlo, los niños se dan cuenta de todo, aunque no expresemos nuestro desacuerdo en voz alta nuestros hijos se dan cuenta de que algo no anda bien.

Si usted no concuerda con su pareja de la menera como esta diciplinando a sus hijos, jamás se le ocurra reglamarle delante de ellos. Sí esto pasara sus hijos creeran que pueden jugar con sus padres al divide y venceras. Lo mejor seria elegir un momento en la
semana para hablar sobre la crianza de sus hijos, y traten abiertamente cualquier punto en el que no estén de acuerdo. Esfuércense por comprender la opinión de su pareja y acepten el hecho de que su cónyuge tiene su propia relación con sus hijos.

Educar a los hijos no es tarea fácil; eso está claro. Y a veces puede que los padre sientan que están llegando al límite de sus fuezas. Pero no beben olvidar que, tarde o temprano, los hijos se irán de casa y ambos volverán a sentirse más como una pareja. Cuando llegue ese momento, ¿qué efecto habrá tenido la crianza de los hijos en ustedes? ¿Los habrá unido, o los habrá distanciado? La clave esta en el siguiente principio: Mejor son dos que uno, porque tienen buen galardón por su duro trabajo. Pues si uno de ellos cae, el otro puede levantar a su socio.

Si los cónyuges trabajan entre sí, obtendrán magníficos resultados. Sí sacan tiempo para estar juntos y trabajan en equipo al educar a sus hijos, su matriminio se hará más y más fuerte a medida que estos crescan. Y, quién sabe, puede que en el futuro sus hijos copien el buen ejemplo que les dieron sus qeridos padres.

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