miércoles, 18 de marzo de 2009

El trago amargo del Divorcio.


El divorcio es una causa de disolución del matrimonio. En la mayoría de los países, el matrimonio es una unión entre dos o más personas con un reconocimiento social, cultural y jurídico, que tiene por fin proporcionar un marco de protección mutua o de protección de la descendencia. En ocasiones los cónyuges (o uno de ellos) pueden desear deshacer el vínculo matrimonial, lo cual se lleva a cabo, si en la legislación está permitido, a través de la figura del divorcio.

Un matrimonio se divorcia cuando los integrantes de la pareja deciden que ya no pueden continuar viviendo juntos y no quieren seguir estando casados. Acuerdan firmar ciertos papeles con validez legal que les permiten volver a ser solteros y casarse con otras personas si lo desean.



Aunque esto puede parecer sencillo, no resulta fácil para una pareja decidir ponerle fin a su matrimonio. A menudo, antes de decidir divorciarse, se toman un largo tiempo para intentar resolver los problemas que existen. Sin embargo, en ocasiones, no pueden resolver esos problemas y deciden que el divorcio es la mejor solución.

Todos los años, mucha gente decide divorciarse para buscar una vida mejor. Lo hace por esperanza, por la creencia optimista de que tiene que ser para bien. A menudo lo es. Todos conocemos a personas que ponen fin a un matrimonio desdichado y encuentran la felicidad con otra pareja o solas incluso. Pero no nos gusta mirar las consecuencias del divorcio. Esa parte resulta muy dolorosa.

EL MATRIMONIO SE DISUELVE POR DOS RAZONES FUNDAMENTALES.


  • Por la muerte de uno de los cónyuges: Esto es acorde con nuestras disposiciones legales vigentes, ante la desaparición física de uno de los esposos, el vínculo entre ambos deja de existir y de producir efectos jurídicos validos.

  • Por el divorcio: Que es el medio que se utiliza como procedimiento especial destinado a lograr el cese de la relación nupcial.


Cada persona es única pero existen causas comunes en los divorcios, de manera que se podría investigar la forma de encarar este fenómeno con una visión científica.


La hipótesis que podría formularse sería por ejemplo: Después de siete años de matrimonio la mayoría de las parejas quieren divorciarse por motivos comunes.

Emocionalmente, el divorcio desordena la vida, debido a que la vida de todos los involucrados – esposa, esposo, niños y otros familiares, hasta los amigos – puede cambiar dramáticamente. Hasta en la más amigable de las separaciones, es común que las heridas tarden años en cicatrizar.

Las consecuencias emocionales son muchas, pero todo es superable, más vale armarse de valor y asumir que una separación puede traer aparejados varios beneficios sí la manejamos inteligentemente. Una de las situaciones más dolorosas que le toca vivir al ser humano es la separación...! Los motivos son muchos y según explican los expertos podría compararse con el sentimiento que provoca enviudar.


Para superar semejante trauma, es necesario entender que con el divorcio uno no sólo pierde al compañero, también pierde una familia y más aún, mueren las ilusiones que ambos se hicieron al iniciar sus vidas de casados juntos. Por ello, para superar este trance se requiere tener en cuenta los siguientes tres factores.


  • Un divorcio se supera tomando conciencia de que el matrimonio murió y que ambos están libres para volver a formar nuevas parejas. Mientras continúe la fantasía de que algún día volverá, no avanzarán hacia la libertad ni un paso.

Asumir y aceptar que podrás estar triste o sola durante un tiempo no mayor de tres meses. Esto no quiere decir que te sientes a morirte de pena en una silla. Debes recurrir a amigos, a grupos humanos, pero no te involucres sentimentalmente con nadie pues tú ex pareja aún está viva en tú corazó.


  • De ser posible, y luego que pase el tiempo, procuren ser amigos, la amistad entre ex parejas cura el dolor de la ruptura y sí hay niños, éstos pueden conservar a su padre.


Simplemente recordar que nada es para siempre, que lo que quisas un día los unio hoy lo separa, y que el tiempo madura todas las herida y las lleva a su sanación.


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