domingo, 8 de marzo de 2009

La obesidad infantil...

En muchos países, la obesidad entre la población infantil se ha convertido en una epidemía. La Organización Mundial de la Salud calcula que unos veintidós millones de niños menores de cinco años padecen sobrepeso.

Una encuesta de ámbito nacional realizada en España reveló que 1 de cada 3 niños padece sobrepeso u obesidad. En Australia, la obesidad infantil se multiplicó por tres en diez años. de 1985 a 1995. Y en Estados Unidos, la cifra de niños obesos de 6 a 11 años es más de tres veces superior a la de hace treinta años.

La obesidad infantil también se está extendiendo a los países en vías de desarrollo. Según la Comisión Internacional contra la Obesidad, en algunas partes de Africa hay más niños obesos que desnutridos. En el año 2007, mexico tenía la segunda tasa más alta de obesidad infantil, solo inferior a la de Estados Unidos. Se dice que tan solo en Ciudad de México el 70% de los niños y adolescentes padecen sobrepeso u obesidad. El doctor Francisco González, cirujano pediatra, advierte de que esta pudiera ser " la primera generación en morir antes que sus padres, por complicaciones derivadas de la obesidad".

¿Cuáles son las complicaciones? Por mencionar tres: diabetes, presión arterial elevada y enfermedades cardíacas. Anteriormente, estos trastornos se consideraban casi exclusivos de los adultos, pero según el Instituto de Medicina de Estados Unidos, el 30% de los niños y el 40% de las niñas que nacieron en este país en el año 2000 corren el riesgo de padecer alguna vez en su vida diabetes de tipo 2 relacionada con la obesidad.

Las encuestas muestran una tendencia preocpante entre la población infantil: el aumento de las tasas de obesidad está conduciendo a un aumento de las tasas de presión arterial. A menos que se contrarreste esta tendencia podríamos vernos ante una explosión de nuevos casos de enfermedades cardiovasculares en jóvenes y en adultos.

Aunque pudiera ver cierta predispoción genética, el alarmante aumento de la obesidad en décadas recientes parece indicar que esa no es la única causa. Aunque hay algunos factores genéticos y hormonales que contribuyen a la obesidad infantil, en muchos casos el exceso de peso se debe a que los niños comen demasiado y hacen muy poco ejercicio.

En primer lugar, como los padres que trabajan tienen menos tiempo y energía para cocinar, cada vez recurre más a la comida rápida, y por todo el mundo se han multiplicado los restaurantes que la preparan. Un estudio reveló que casi una tercera parte de los estadounicenses de 4 a 19 años de edad ingieren comida rápida todos los días. Por lo general, este tipo de alimentos contienen muchas grasas y azúcares y se ofrecen en raciones tentadoramente grandes.

En segundo lugar, los regrescos han reeplazado a la leche y al agua como bebida favorita. Por ejemplo, los mexicanos cada año gastan más en refrescos, especialmente de cola, que en el conjunto de los diez alimentos básicos. Según el libro Overcoming Childhood Obesity (Cómo superar la obesidad infantil), beber un solo refresco de 600 mililitros (20 onzas) al día puede ocasionar un aumento de peso de unos 12 kilos (25 libras) en un año.
Respecto a la falta de una actividad física, un estudio afectuado por la Universidad de Glasgrow (Escocia) descubrió que, por término medio, un niño de tres años realiza alguna actividad que implique ejercicio de moderado a vigoroso durante solo veinte minutos al día.

Los nutricionistas no recomiendan someter a los niños a dietas estrictas, ya que eso podría perjudicar su desarrollo y salud. En vez de eso se recomienda una de las estrategias más eficaces para combatir el exceso de peso en los niños consiste en mejorar la dieta y los niveles de ejercicios de toda la familia.

Tambien es necesario implementar los siguientes puntos:
  1. Comprar y servir más frutas y vegetales que comidas rápidas o precocinadas.
  2. Reducir el uso de refrescos, bebidas azucaradas y antojitos, con mucha grasa y azúcar. En vez de eso, sevir agua, leche baja en grasa y postres saludables.

  3. Utilizar métodos de cocina con poca grasa, como hornear, asar a la parrilla y cocer al vapor, en vez de freir.
  4. Servir porciones más pequeñas.
  5. Evitar que los niños vean la comida como un premio o incentivo.
  6. No permitir que los niños se salten el desayuno, pues es probable que después coman de más.
  7. Sentarse a la mesa para comer; hacerlo frente al televisor o a la pantalla de la computadora fomenta el consumo y reduce la sensación de saciedad.
  8. Fomentar las actividades físicas como andar en bicicleta Jugar a la pelota y saltar la cuerda.
  9. Reducir el tiempo que se pasa viendo la televisión, frente a la computadora o con los juegos de video.
  10. Planificar actividades familiares en las que se haga más ejercicio, como ir al zoologico, a nadar o a jugar en el parque.
  11. Asignar tareas a sus hijos que conlleven mayor esfuerzo físico.
  12. Poner un buen ejemplo respecto a la comida sana y el ejercicio.

Haga de los hábitos sanos una costumbre familiar, pues de ese modo logrará que sus hijos sigan teniendo esos hábitos cuando sean adultos.

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