lunes, 19 de enero de 2009

El insomnio.

Solo los que sufren insomnio noche tras noche saben lo desesperante que puede ser querer dormir y no poder. Entra en un estado irritable, el día siguiente siente como si tuviese una resaca, no se siente lúcido y no rinde en el trabajo. Y parece ser como un círculo vicioso. Cuanto más se necesita dormir, más dificultad se tiene. El insomnio es un trastorno del sueño que puede tener diversas causas pero que si se agudiza, requiere tratamiento médico.

El insomnio es una de las enfermedades del sueño más comunes.

Aunque generalmente se concibe el insomnio únicamente como la dificultad para iniciar el sueño, lo cierto es que la dificultad para dormir puede tomar varias formas:

*Dificultad para conciliar el sueño al acostarse (insomnio inicial, el más común de los tres).

*Despertarse frecuentemente durante la noche (insomnio intermedio).

*Despertarse muy temprano por la mañana, antes de lo planeado (insomnio terminal).

Esto impide la recuperación que el cuerpo necesita durante el descanso nocturno, pudiendo ocasionar somnolencia diurna, baja concentración e incapacidad para sentirse activo durante el día.

Varios son los determinantes de este trastorno de sueño. Factores como el estrés, la elevada activación del organismo o la depresión son relevantes. En la actualidad, es frecuente la prescripción de fármacos para el tratamiento a corto plazo del insomnio. Sin embargo, no constituye una solución adecuada a mediano y largo plazo, prefiriéndose evaluar en estos casos otras técnicas, como la terapia conductual o cognitiva. Un asunto de primer orden en el abordaje de este trastorno (el insomnio es en realidad un síntoma, y no una enfermedad) consiste en instruir al paciente acerca de los principios de la llamada profilaxis o higiene del sueño.

El acto de dormir es fundamental para el organismo, con una finalidad restauradora: es esencial para la conservación de la energía y la termorregulación, y en general para que podamos ser capaces de tener un grado satisfactorio de vigilancia y atención durante el día. De modo que la falta o una calidad pobre del mismo puede traer consecuencias tales como:

*Depresión.
*Falta de concentración
*Somnolencia diurna
*Cansancio
*Irritabilidad
*Mala memoria
*Desorientación
*Ojeras
*Accidentes de tráfico y laborales etc.

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